miércoles, 30 de marzo de 2011

Ojos marrones

El texto de hoy es algo un poquito diferente. Se podría decir que es una reflexión en voz alta basándome en pensamientos y situaciones personales, pero que me hacía gracia compartir. Espero que os guste.



«Hay mucha gente que no sabe apreciar la belleza escondida en unos ojos marrones. La mayoría opinan que es un color demasiado usual y por eso mismo lo tachan de común o corriente sin fijarse a penas.

Es posible que el marrón sea el color más visto en los ojos de los españoles pero no son todos iguales, ni mucho menos. Hay muchas tonalidades dentro de un mismo color: miel, avellana, castaño; tonos más claros o más oscuros; los hay que, según como les dé la luz del sol o como se sientan en ese momento los portadores, pueden desprender destellos rojizos.

Bien cierto es en mi caso que me encantan los ojos verdes, los adoro. Cuando veo a alguien con los ojos verdes me da envidia, lo admito. Pero curiosamente siempre me he enamorado de chicos con los ojos marrones. Mi actual novio los tiene de una tonalidad más bien clara. Cada vez que le digo que me gustan sus ojos me mira con incredulidad. Dice que es un color muy común y no tienen nada de especial.

Él no se da cuenta porque no se ve cuando lo dice, y tampoco creo que prestase especial atención. Hay días que se le ven con una tonalidad siena o como a chocolate. Otras veces con el reflejo del sol he llegado a ver destellos rojizos. Y cuando se lo digo se cree que le estoy tomando el pelo.

Alguna vez me ha preguntado por qué me gustan sus ojos. A parte del color le hablo también de la mirada, que tiene mucho que ver. Según la forma de mirarme puedo leer muchas cosas. Pero él, como cabezota que es, opina que eso es una tontería y no tiene nada que ver con el color de ojos, sino con su forma de mirar. Yo me callo porque sé que va a seguir pensando igual por mucho que diga, pero en mi opinión sí que tiene que ver. Es algo que forma parte de él.

El otro día usé un argumento nuevo. ¿Qué pasaría si fuese al revés y fuera yo la que tuviera los ojos marrones y él grises? Dijo que le darían igual mis ojos entonces. ¿Pero y si encima yo respondiera, cada vez que él dijera que le encantan mis ojos, que es un color muy común y no tienen nada de especial? Seguro que diría que soy tonta. Me cambió de tema, seguro que por no darme la razón.

Maldito cabezota.»

miércoles, 9 de marzo de 2011

I feel like dancing

Este es un escrito actual, hecho para una clase de catalán de la universidad. Al pasarlo al castellano he modificado varias cosas que no me acababan de convencer. De hecho aun ahora sigue sin gustarme del todo, pero he preferido dejarlo así. Al fin y al cabo es un texto cortito y hecho deprisa y corriendo. Hacía dos o tres días que había visto la película de Cisne Negro y me vino un poco la inspiración. Aquí os lo dejo.




«Cogió aire reteniéndolo unos instantes. Lo dejó ir suavemente y empezó a moverse. Uno, dos tres. Ahora giro hacia la izquierda y salto. Los brazos, que habían estado doblados a la altura del pecho con las puntas de los dedos rozándose, se separaron del cuerpo liberándose y balanceándose suavemente.

Cerró los ojos dejándose guiar por la melodía que salía de las teclas de un viejo piano de cola acariciadas por las manos de un habilidoso pianista.

Música y danza, las dos cosas que más apreciaba en el mundo, se unían ahora en uno solo para ella. Aunque la canción le era totalmente desconocida, ella, como bailarina, podía seguir sin dificultades el ritmo oscilante que la guiaba, y cambiaba y se aceleraba cada vez más.

Triple giro, ahora salto y después puntas.

Moviéndose de un lado a otro de la sala de baile dónde hacía la mitad de su vida desde que tenía tres años. Con los espejos, las barras y el piano. Sabía que no estaba sola. Sus compañeros y su maestra la observaban, pero se había olvidado completamente de ellos, sumida cómo estaba en su momento.

Ya llegaba; el clímax. El punto culminante de la canción dónde sentía que podría salir volando en cualquier instante. Se acercaba el final. La concentración en la melodía era máxima.

Puntas otra vez, cuatro vueltas sobre sí misma, salto y postura final. Su respiración era entrecortada por el esfuerzo que había hecho y durante un momento pareció que estaba todo en silencio, hasta que poco a poco el mundo real la alcanzó de nuevo.

Permaneció inmóvil durante unos instantes mientras escuchaba aplaudir al resto de bailarinas disfrutando de aquella agradable sensación de perfección.

Así era ella. Perfecta.»

sábado, 5 de marzo de 2011

Guerra

Este lo escribí hace dos años casi. Lo he rescatado también del fotolog. No estaba segura si publicarlo o no, ya que es algo corto, pero con los tiempos que corren actualmente al final me he decidido. No me acaba de gustar del todo, no sé por qué pero hay algo que no me convence. Aun así, es el original. Así lo escribí, así se va a quedar, al menos de momento. Puede que más adelante me decida a retocarlo, no lo sé. Por ahora sólo espero que os guste:




«Cuando los ángeles lloran, el desprecio de los humanos es cada vez más palpable en la sangre que inunda las calles en tiempos de guerra. Es en esos momentos cuando la crueldad humana sale a flote, y el diablo se regodea al ver cumplidos sus despreciables propósitos de caos y muerte, mientras el pueblo ha de sufrir en silencio lo que sus líderes hacen con él, sin ningún tipo de consideración, piedad o misericordia.

Y cuando esto sucede, la gente se pone a rezar para que llegue la paz al amparo de una utopía que no es para nada una garantía de futuro, pero que hace que el pueblo saque fuerzas de dónde no las tiene para sobrevivir un día más…»

miércoles, 2 de marzo de 2011

Instantes

Aquí os dejo un mini-relato que escribí hace dos años y medio y que he rescatado de mi antiguo fotolog. El título es el mismo que puse en aquella entrada.


Lentamente, cómo en un sueño, fue resbalando por el contorno de la silueta que la sujetaba. Realmente no quería hacerlo, pero sabía perfectamente que no le quedaba otra. Hubiese preferido quedarse allí eternamente y no tener que enfrentar aquello para lo que había sido creada, pero no era algo que pudiese evitar.

Llegó al extremo de la figura, admirando la suavidad que hallaba a su paso, y aspiró su aroma una vez más antes de caer definitivamente, quedando suspendida en el aire durante escasos instantes, para caer en menos de un parpadeo. 

Lo que en realidad duró escasamente un segundo, a ella le pareció una eternidad, antes de chocar finalmente con la dura y fría superficie, sintiendo cómo todo su ser de desparramaba en un charco de su misma esencia y abandonando la vida tan súbitamente como la había abrazado.

Desde las alturas, aquella que fue su soporte contempló con infinita tristeza cómo la que había sido quien la despertara desaparecía en medio de la nada. Pero no estaba en sus manos poder ayudarla, por mucho que le hubiese gustado.

¿Acaso una flor puede salvar la gota de rocío que se desprende de su alma con el calor de la mañana?


Crónica de una mandarina ácida

No se me dan bien las presentaciones. Tampoco me gusta demasiado describirme a mí misma, pero haremos el intento.


Mi nombre es Andrea, tengo 21 años y por el momento soy estudiante de Traducción e Interpretación en la Universidad Autónoma de Barcelona. Y digo de momento porque es muy probable que el año que viene no siga. No me gusta lo que estoy haciendo y no quiero calentar la silla haciendo algo que no me gusta habiendo gente que tal vez preferiría estar en mi lugar y por X motivos no pueden. Pero en fin, dejemos de lado mi decadente vida de estudiante.


Lo que de verdad me gusta es escribir. Y sé que no lo hago tan seguido cómo debiera y quisiera, pero se hace lo que se puede. Quizá es por ese motivo por el que he abierto el blog, intentar ser algo más constante.


¿Qué podréis encontrar aquí? Mis relatos, escritos, textos o cómo queráis llamarlos. En principio tengo pensado colgar primero los más antiguos que van rondando por distintos lugares de internet, así los recopilo todos en un mismo sitio y se puede observar un poco la evolución con respecto a lo último que voy haciendo. Ya sea para bien o para mal.


Y bueno, no me gusta demasiado describirme a mí misma, cómo ya he dicho, y tampoco creo que haga falta decir nada más. Los que me conocéis ya sabéis cómo soy, los que no... ya lo iréis viendo. Igualmente este no es un sitio dedicado a hablar sobre mí, así que tampoco creo que sea adecuado explayarme mucho en cuanto a aspectos de mi vida se refiere, ¿no?


Gracias de antemano a mis futuros lectores. Sí, estoy siendo lo suficientemente pretenciosa cómo para pensar que tendré lectores, ni que sean los amigos. Pues nada, encantada de estar por aquí.