lunes, 26 de diciembre de 2011

Cambios

Sé que llevo muchos meses sin actualizar (desde mayo en concreto), pero mi inspiración decayó un poco y me he dedicado a ir escribiendo una historia original larguita que lleva revoloteando en mi cabeza desde hace tiempo. Estoy centrándome en el argumento. Siempre fallo en el hecho de que al surgirme una idea empiezo a escribir la historia directamente, y no me paro a pensar en cómo va a seguir, el argumento principal ni nada. Me pasa sobre todo con los fics. En mi perfil de fanfiction.net tengo tres fics a medias porque empecé con la idea base y me puse a escribir el principio de la historia directamente, y no me paré a pensar en lo que iba a suceder luego. Así que estoy intentando solucionarlo. Para esta historia voy a tener pensado el argumento completo antes de ponerme a escribirla. Así que no voy a adelantar nada todavía.

Pasando a otras cosas, he decidido cambiar la temática del blog. En un primer momento lo creé sólo para escribir relatos, textos, pensamientos o lo que sea, pero cómo últimamente me estoy aficionando a la repostería, me han convencido para subir fotos y/o recetas de las cosas que vaya haciendo. Lo que habrá serán sobre todo cupcakes, que es de lo que más he hecho hasta el momento, pero espero ir ampliando poco a poco mis habilidades. Puede que dentro de poco me atreva a hacer una tarta, que todavía me da algo de miedo, a parte de no tener moldes adecuados.

Puede que en algún momento decida hablar sobre cualquier otra cosa, pero en principio el blog seguirá basándose en relatos (preferiblemente breves) y recetas.

Nada más por el momento, espero que esteis pasando todos unas muy felices fiestas.

martes, 24 de mayo de 2011

Microrrelato

Este es el proyecto del mes de mayo para el blog Adictos a la Escritura: escribir un microrrelato de no más de 150 palabras. He tenido que comerme la cabeza para reducirlo, porque me había salido de 168 y no sabía por dónde cortar.

Aquí os lo dejo.


«Ahí va otra vez. Lo ves venir de lejos a gran velocidad, reduciendo a la par que se acerca. Viste de blanco y rojo con letras aquí y allá indicando su procedencia y dirección inequívocas. Cuando llega a tu altura para definitivamente y parece soltar un suspiro de cansancio, pese a ser inagotable. Llega tarde. Como siempre. Haciéndote perder tiempo mientras le esperas, lo que hace que tú también llegues tarde, cosa que te exaspera. Te gustaría mandarle a la mierda, pero sabes que no puedes, porque sigue siendo totalmente imprescindible. Por desgracia.

Te cabreas, resoplas, murmuras por lo bajo en su contra, pero aun así sigues con él. Por conveniencia. Tú lo sabes y él lo sabe, pero aun así seguís juntos. Y le maldices mil millones de veces por depender de él.

Y es que ¿quién no ha llegado tarde alguna vez por culpa de un tren?»

miércoles, 11 de mayo de 2011

Maternal

Tenía pensado haber posteado esto para el día de la madre, ya que me pareció adecuado para esa fecha, pero no estuve en casa y se me pasó. Así que decidí dejarlo aparcado para hoy. ¿Por qué precisamente hoy? Porque hoy quizá no es el día de la madre, pero es el día de MI madre. Hoy cumple 53 años, y nadie que la conociera en persona lo diría.

El relato en sí no está basado en ninguna experiencia personal, ni nada de eso, ni habla en ningún momento sobre mi madre. Pero sé que le gusta leer lo que escribo, así que esto está dedicado a ella.

Sin más, os dejo con la historia.


«Cuando era niña le gustaba pasear de la mano con su madre por el río que estaba en el bosque al lado de casa. Había varios riachuelos que desembocaban en él y pasaban las tardes recorriéndolos por el bosque, tratando de averiguar de dónde nacía cada uno. Le parecía un viaje muy interesante a su corta edad y siempre encontraban lugares nuevos por explorar.

En uno de esos paseos se desviaron del camino que seguía el río, adentrándose más entre la frondosidad de los árboles, y dieron con un claro más o menos grande. Los rayos del sol se colaban por entre las hojas de los árboles, tan altos que a penas se podía vislumbrar el cielo. Decidieron que el descubrimiento de ese claro quedaría como un secreto entre ambas y prometieron no contarlo a nadie más. Iban allí los domingos por la mañana y se tumbaban en la hierba viendo pasar las nubes a lo lejos, tratando de adivinar sus formas. Escuchaban el canto de los pájaros que sobrevolaban el aire por encima de sus cabezas y se divertían inventándose conversaciones imaginarias entre ellos.

Cada semana sin excepción iban allí. Para ellas, más que una costumbre, acabó convirtiéndose en una especie de ritual; una tradición.

Su padre y su hermano mayor les preguntaban a veces qué sitio era ese tan interesante para que no dejasen de ir, semana sí y la otra también. Ellas se miraban a los ojos y reían con complicidad, asegurando que era un secreto y se trataba de “cosas de chicas”.

Cuando tenía 11 años su madre murió dejándola con su padre y su hermano. Estaba enfadada con ella. Le había prometido que estarían siempre juntas y no lo había cumplido. Se había ido y no volvería más. Así que decidió no volver a pisar ese claro que le recordaba tanto a ella.

Y no volvió a hacerlo. Hasta ahora.

Hacía ya más de quince años que su madre se había marchado y ella no había vuelto a adentrarse en su claro. El de su madre y ella. Al principio fue por enfado hacia su progenitora, por haberla dejado sola. Con el tiempo simplemente no quiso volver a pasar por allí ella sola.

Ahora tenía veintiséis años y sentía la necesidad de volver a ese lugar después de tanto tiempo.

Se adentró en el bosque desde la que antiguamente fue su casa, tratando de orientarse. No le costó mucho, el sitio no había cambiado mucho en quince años. Así que se puso en marcha.

Tardó menos de lo que pensaba en llegar. Sus percepciones del tiempo cuando era niña eran mucho más lentas que ahora.

Se quedó en el borde de la línea de árboles observando. Era primavera y flores de todo tipo decoraban su claro. Distintos tipos de pájaros sobrevolaban el cielo completamente despejado. Realmente estaba todo tal y como recordaba. Dio un par de pasos alejándose de la sombra que proyectaban los árboles a su alrededor.

Paró un momento sintiendo una ligera brisa que le golpeaba la cara. Sonrió y siguió caminando hasta situarse en el centro. Cerró los ojos dejando que el viento jugara con su pelo. Levantó una de sus manos y se acarició el vientre ligeramente abultado, con suavidad.

-Algún día cuando tú nazcas te traeré aquí como hacía mi madre conmigo.

Notó un movimiento en su interior que la hizo sonreír.

-Estoy segura de que serás una niña- susurró al viento-, ¿verdad, mamá?»

lunes, 11 de abril de 2011

The Ninune's Times

Esta entrada es algo diferente a lo que os tengo acostumbrados. Aquí os voy a hablar del blog de The Ninune's Times, un grupo de amigas que han decidido juntarse para crear un espacio en el que hablar de todo un poco, ya sean libros, películas, manganime, escriben opiniones o hacen tutoriales. Hay mucha versatilidad en sus entradas. Os aseguro que merece la pena echarles un vistazo.

Como están cosechando bastante éxito, han decidido crear el primer sorteo oficial de The Ninune's Times, y me he animado a participar, ya que los dos lotes a los que se puede a optar a premio me interesan. Y para optar a premio tengo que publicar una entrada en mi blog hablando sobre el suyo. Pero no lo hago únicamente por eso. Lo cierto es que conozco a las autoras y realmente son todas unas chicas majísimas.

Así que venga, animaros a leer alguna de sus entradas que os van a gustar.

Os dejo un link directo a su blog The Ninune's Times!

miércoles, 30 de marzo de 2011

Ojos marrones

El texto de hoy es algo un poquito diferente. Se podría decir que es una reflexión en voz alta basándome en pensamientos y situaciones personales, pero que me hacía gracia compartir. Espero que os guste.



«Hay mucha gente que no sabe apreciar la belleza escondida en unos ojos marrones. La mayoría opinan que es un color demasiado usual y por eso mismo lo tachan de común o corriente sin fijarse a penas.

Es posible que el marrón sea el color más visto en los ojos de los españoles pero no son todos iguales, ni mucho menos. Hay muchas tonalidades dentro de un mismo color: miel, avellana, castaño; tonos más claros o más oscuros; los hay que, según como les dé la luz del sol o como se sientan en ese momento los portadores, pueden desprender destellos rojizos.

Bien cierto es en mi caso que me encantan los ojos verdes, los adoro. Cuando veo a alguien con los ojos verdes me da envidia, lo admito. Pero curiosamente siempre me he enamorado de chicos con los ojos marrones. Mi actual novio los tiene de una tonalidad más bien clara. Cada vez que le digo que me gustan sus ojos me mira con incredulidad. Dice que es un color muy común y no tienen nada de especial.

Él no se da cuenta porque no se ve cuando lo dice, y tampoco creo que prestase especial atención. Hay días que se le ven con una tonalidad siena o como a chocolate. Otras veces con el reflejo del sol he llegado a ver destellos rojizos. Y cuando se lo digo se cree que le estoy tomando el pelo.

Alguna vez me ha preguntado por qué me gustan sus ojos. A parte del color le hablo también de la mirada, que tiene mucho que ver. Según la forma de mirarme puedo leer muchas cosas. Pero él, como cabezota que es, opina que eso es una tontería y no tiene nada que ver con el color de ojos, sino con su forma de mirar. Yo me callo porque sé que va a seguir pensando igual por mucho que diga, pero en mi opinión sí que tiene que ver. Es algo que forma parte de él.

El otro día usé un argumento nuevo. ¿Qué pasaría si fuese al revés y fuera yo la que tuviera los ojos marrones y él grises? Dijo que le darían igual mis ojos entonces. ¿Pero y si encima yo respondiera, cada vez que él dijera que le encantan mis ojos, que es un color muy común y no tienen nada de especial? Seguro que diría que soy tonta. Me cambió de tema, seguro que por no darme la razón.

Maldito cabezota.»

miércoles, 9 de marzo de 2011

I feel like dancing

Este es un escrito actual, hecho para una clase de catalán de la universidad. Al pasarlo al castellano he modificado varias cosas que no me acababan de convencer. De hecho aun ahora sigue sin gustarme del todo, pero he preferido dejarlo así. Al fin y al cabo es un texto cortito y hecho deprisa y corriendo. Hacía dos o tres días que había visto la película de Cisne Negro y me vino un poco la inspiración. Aquí os lo dejo.




«Cogió aire reteniéndolo unos instantes. Lo dejó ir suavemente y empezó a moverse. Uno, dos tres. Ahora giro hacia la izquierda y salto. Los brazos, que habían estado doblados a la altura del pecho con las puntas de los dedos rozándose, se separaron del cuerpo liberándose y balanceándose suavemente.

Cerró los ojos dejándose guiar por la melodía que salía de las teclas de un viejo piano de cola acariciadas por las manos de un habilidoso pianista.

Música y danza, las dos cosas que más apreciaba en el mundo, se unían ahora en uno solo para ella. Aunque la canción le era totalmente desconocida, ella, como bailarina, podía seguir sin dificultades el ritmo oscilante que la guiaba, y cambiaba y se aceleraba cada vez más.

Triple giro, ahora salto y después puntas.

Moviéndose de un lado a otro de la sala de baile dónde hacía la mitad de su vida desde que tenía tres años. Con los espejos, las barras y el piano. Sabía que no estaba sola. Sus compañeros y su maestra la observaban, pero se había olvidado completamente de ellos, sumida cómo estaba en su momento.

Ya llegaba; el clímax. El punto culminante de la canción dónde sentía que podría salir volando en cualquier instante. Se acercaba el final. La concentración en la melodía era máxima.

Puntas otra vez, cuatro vueltas sobre sí misma, salto y postura final. Su respiración era entrecortada por el esfuerzo que había hecho y durante un momento pareció que estaba todo en silencio, hasta que poco a poco el mundo real la alcanzó de nuevo.

Permaneció inmóvil durante unos instantes mientras escuchaba aplaudir al resto de bailarinas disfrutando de aquella agradable sensación de perfección.

Así era ella. Perfecta.»

sábado, 5 de marzo de 2011

Guerra

Este lo escribí hace dos años casi. Lo he rescatado también del fotolog. No estaba segura si publicarlo o no, ya que es algo corto, pero con los tiempos que corren actualmente al final me he decidido. No me acaba de gustar del todo, no sé por qué pero hay algo que no me convence. Aun así, es el original. Así lo escribí, así se va a quedar, al menos de momento. Puede que más adelante me decida a retocarlo, no lo sé. Por ahora sólo espero que os guste:




«Cuando los ángeles lloran, el desprecio de los humanos es cada vez más palpable en la sangre que inunda las calles en tiempos de guerra. Es en esos momentos cuando la crueldad humana sale a flote, y el diablo se regodea al ver cumplidos sus despreciables propósitos de caos y muerte, mientras el pueblo ha de sufrir en silencio lo que sus líderes hacen con él, sin ningún tipo de consideración, piedad o misericordia.

Y cuando esto sucede, la gente se pone a rezar para que llegue la paz al amparo de una utopía que no es para nada una garantía de futuro, pero que hace que el pueblo saque fuerzas de dónde no las tiene para sobrevivir un día más…»

miércoles, 2 de marzo de 2011

Instantes

Aquí os dejo un mini-relato que escribí hace dos años y medio y que he rescatado de mi antiguo fotolog. El título es el mismo que puse en aquella entrada.


Lentamente, cómo en un sueño, fue resbalando por el contorno de la silueta que la sujetaba. Realmente no quería hacerlo, pero sabía perfectamente que no le quedaba otra. Hubiese preferido quedarse allí eternamente y no tener que enfrentar aquello para lo que había sido creada, pero no era algo que pudiese evitar.

Llegó al extremo de la figura, admirando la suavidad que hallaba a su paso, y aspiró su aroma una vez más antes de caer definitivamente, quedando suspendida en el aire durante escasos instantes, para caer en menos de un parpadeo. 

Lo que en realidad duró escasamente un segundo, a ella le pareció una eternidad, antes de chocar finalmente con la dura y fría superficie, sintiendo cómo todo su ser de desparramaba en un charco de su misma esencia y abandonando la vida tan súbitamente como la había abrazado.

Desde las alturas, aquella que fue su soporte contempló con infinita tristeza cómo la que había sido quien la despertara desaparecía en medio de la nada. Pero no estaba en sus manos poder ayudarla, por mucho que le hubiese gustado.

¿Acaso una flor puede salvar la gota de rocío que se desprende de su alma con el calor de la mañana?


Crónica de una mandarina ácida

No se me dan bien las presentaciones. Tampoco me gusta demasiado describirme a mí misma, pero haremos el intento.


Mi nombre es Andrea, tengo 21 años y por el momento soy estudiante de Traducción e Interpretación en la Universidad Autónoma de Barcelona. Y digo de momento porque es muy probable que el año que viene no siga. No me gusta lo que estoy haciendo y no quiero calentar la silla haciendo algo que no me gusta habiendo gente que tal vez preferiría estar en mi lugar y por X motivos no pueden. Pero en fin, dejemos de lado mi decadente vida de estudiante.


Lo que de verdad me gusta es escribir. Y sé que no lo hago tan seguido cómo debiera y quisiera, pero se hace lo que se puede. Quizá es por ese motivo por el que he abierto el blog, intentar ser algo más constante.


¿Qué podréis encontrar aquí? Mis relatos, escritos, textos o cómo queráis llamarlos. En principio tengo pensado colgar primero los más antiguos que van rondando por distintos lugares de internet, así los recopilo todos en un mismo sitio y se puede observar un poco la evolución con respecto a lo último que voy haciendo. Ya sea para bien o para mal.


Y bueno, no me gusta demasiado describirme a mí misma, cómo ya he dicho, y tampoco creo que haga falta decir nada más. Los que me conocéis ya sabéis cómo soy, los que no... ya lo iréis viendo. Igualmente este no es un sitio dedicado a hablar sobre mí, así que tampoco creo que sea adecuado explayarme mucho en cuanto a aspectos de mi vida se refiere, ¿no?


Gracias de antemano a mis futuros lectores. Sí, estoy siendo lo suficientemente pretenciosa cómo para pensar que tendré lectores, ni que sean los amigos. Pues nada, encantada de estar por aquí.